Hoy vengo analista.... :)
Tengo muchas amigas con las que hablo horas y horas y ponemos en común reflexiones, sacadas de las experiencias vividas, que curiosamente se hacen paralelas en todas nosotras...y al final..voy a acabar creyéndome que es cierto lo que reza en el Best Seller "Los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus" de John Gray...todas acabamos preguntándonos...Quién los entiende??...imagino que esto mismo sucederá en el lado masculino.
Y todo empieza cuando te enamoras, ese estado irreal en el que todo nos parece maravilloso y que el mundo flota a nuestro alrededor y la sensación de felicidad nos embarga continuamente.
Nos sentimos conquistadas, se ganan nuestra confianza y cariño, descubrimos en ese hombre una persona buena, segura de él mismo y que nos proporciona seguridad también a nosotras, inteligente, alegre, tierno y detallista (los más), nos introduce en su vida y en su entorno, nos pensamos que nos abre su corazón y que no guarda ningún secreto... la pasión y el amor aparecen a borbotones.... nos enamoramos hasta las trancas!!
Entonces la cosa empieza a avanzar. Tú te lo crees y lo alimentas, porque es lo que más deseas en este mundo y ya casi planeas hasta la vida en común en silencio y en tu cabeza..todo ello aderezado con planes de futuro y palabras que dan toda la seguridad que tu buscas.
Entonces de repente un día llega...la cosa cambia. En ocasiones puede ser una cosa anunciada y absolutamente previsible, con lo que el golpe emocional es menor, o al menos más corto, por eso de tener conciencia de lo que viene..
Pero en la mayoría de las ocasiones, llega poco a poco..y a él le da por pensar que ahora que está enamorado, está a merced de la otra persona, y comienza a tener un miedo absurdo e injustificado al compromiso...empieza a sopesar el perder su soltería y su seguridad personal..así que comienza un proceso llamado fuga o "recule", que derivará sin duda alguna en deshacerse de la persona que hasta ese mismo momento era la persona amada..
Así, comienza un cambio, poco a poco en algunos casos, y radical en los más, donde no responde mensajes ni llamadas, se muestra agobiado u ocupado cuando requerimos su atención, incluso se llega a enfadar por cosas insignificantes..logrando que en nuestras cabezas que siempre están en ebullición, las cosas empiecen a fluir, a darle vueltas, a pensar qué hicimos mal y sentir la necesidad !encima! de estar más con él, sintiéndonos culpables por una situación que nos ha venido dada...hasta que nos armamos de valor y pronunciamos la frase que tanto miedo da..."tenemos que hablar"..
En los casos más radicales, puede ignorarte, huir, no llamar, estar frío como el hielo, no contesta los mensajes, e incluso ni sucumbe a las lágrimas que inevitablemente verterás por él. La indiferencia es su base con tal de conseguir su fin.
Tú ya estás destrozada, herida, tan confusa que no sabes ni qué hacer ni qué pensar..pero viendo desde dentro esa hecatombe que ha surgido en tu vida y que no puedes frenar porque viene a la velocidad de un tren de mercancías...
Otra de las reacciones posteriores, (porque no vamos a ser tan mal pensadas, él también tiene su corazón y también estaba enamorado, aunque fuera un tiempo...o incluso aun lo está pero no se lo permite!!), puede ser la de sincerarse mostrándose temeroso, inseguro, asustado por la situación, por lo lejos que ha llegado y el rumbo que ha tomado, pero igualmente te sientes incómoda por la sensación de frustración y entre asombrada y asustada al descubrir esa faceta fasciculada de la personalidad de ese hombre al que teníamos de soporte de nuestra estabilidad..
Así, dejando en un vilo la relación, con posibilidad de diálogo o reconciliación, pero en ambigüedad, con un mar de dudas, una gran incertidumbre y un no parar de excusas y pegas que te llevan a pensar que no quiere ningún tipo de relación pero que te quiere tener ahí... Ayss! Esto se acaba!
Tras la aceptación de este revés, recogida de nuestro orgullo tirado por el suelo seguramente, y la compostura de tu autoestima (no siempre fácil ni rápida)..optamos por desparecer de su vida y pensar que el karma (esa energía que fluye y lo llena todo), le volverá y le dará lo que necesita (o a tu criterio se merece..)
En muchas ocasiones la reacción por nuestra parte es morir matando...ese orgullo que nos hunde en la vileza y la ruindad y que hace que la venganza sea nuestra bandera, así que en este caso, en el momento que se nos cruce otro hombre que sepa valorarnos un poco, usaremos el refranero popular que tantos dichos tiene para estas ocasiones.. "Un clavo quita otro clavo", y aquel "La mancha de mora, con otra verde se quita.."
Acabamos de asumir que después de tocar fondo, sólo queda subir a la superficie, y remontas a golpe de orgullo.
En otras muchas, nos quedamos penando y llorando la ausencia y ancladas en "lo que pudo haber sido", y buscando el "qué pasó?" en realidad... lo que nos lleva a un bucle del que cada vez nos cuesta salir...hasta que toquemos fondo!
La actitud correcta en todo caso es seguir la vida, asumir las relaciones con fecha de caducidad y recordar lo mejor que vivimos en ella, avanzar y no guardar rencor que nos consume y nos roba energía, pensar en positivo y aceptar que las cosas pasan porque tienen que pasar y porque algo nos tienen que enseñar...buscar la felicidad en cada cosa que hacemos y en cada cosa que nos ocurra y dar tiempo a que nuestro corazón y nuestra alma herida se recuperen y vuelva a estar plenos.
Quién entiende a los hombres?? Deberíamos ponernos en su piel también en algún momento para intentar entenderlos, empatía que se llama...porque seguramente llegaríamos al pensamiento de "Quién entiende a las mujeres??"..que también tenemos lo nuestro..